viernes, 3 de octubre de 2014

Escapar (parte 3)

Stitch y Ángel estaban a punto de irse en una de esas naves-cápsulas cuando fueron pillados por esos horribles seres.
-¡¡¡A por elloos!!!- ordenó el de delante, y el resto del grupo corrieron hacia ellos.
Stitch y Ángel pegaron un salto precipitado hacia el techo para que no les atraparan, y caminaron en él para huir del grupo estando fuera de su alcance. Pero Ángel tuvo un fallo gordo: sus largas antenas, que caían hacia abajo y uno de ellos pudo alcanzarla agarrándola de ellas. En otras palabras, habían atrapado a Ángel, y ahora la tenían agarrada fuertemente con sus brazos-tentáculos. Ángel se debatía duramente para intentar escapar, rugía, tenía rostro amenazador, como fiera salvaje, pero el que la tenía agarrada era demasiado fuerte.
-Ya tenemos a uno... ahora a por el otro- dijo el que tenía a ángel.
Stitch, que lo había visto, exclamó, aún pegado al techo:
-¡¡Ángel!!- y saltó al suelo -Malditos- dijo, con sus afilados dientes apretados y mirada salvaje.
Sacó sus brazos secundarios y sus antenas y sus espinas y se dispuso al ataque, gritando: ¡¡Pelea!! Justo en ese momento, Ángel mordió uno de los brazos del que le tenía agarrada, hincando sus afilados dientes sobre él y produciéndole un dolor fuerte. ¡¡AAAYY!!, gritó él y soltó a Ángel, pero ésta seguía mordiéndole el brazo como un cepo. El pobre "hombre" corría de un lado a otro, soportando ese dolor que le provocaba esas estalactitas bucales e intentando desprenderse de aquella fiera de pelaje rosa.
A su vez, unos cuantos seres se abalanzaron sobre Stitch para apresarle, pero él logró deshacerse de ellos gracias a su descomunal fuerza. Empezó la pelea: Stitch luchaba duramente contra aquellos que le intentaban atrapar, naturalmente les podía.
El ayudante golpeó fuertemente a Ángel en la cabeza con una tubería, arrebatándole consciencia. Por fin el atacado quedó liberado. Stitch lo vió.
-¡¡¡Ángel!!!- exclamó, preocupado y asustado.
Stitch se abalanzó y atacó a esos dos que tenían a Ángel, dejándolos inconscientes al agarrarlos y golpearlos de cabeza.

Se acercó a Ángel, preocupado, la cogió de la espalda y de la cabeza (teniendo cuatro brazos le resultaba fácil), la miró, con las orejas y las espinas gachas.
-.... Ángel....- dijo.
Ángel abrió los ojos, poco a poco, y dijo con su voz débil:
-¿Stitch?
-¿Ángel bien?- dijo Stitch.
-¡Ih! ¡Meega bien!
Stitch dijo en turiano algo que a Ángel le hizo gracia.
-Jijijijiji... Stitchy... jijijijiji...- se rió ella.
Se oyó de pronto la misma voz potente de siempre:
-¿Qué pasa aquí? ¡Mucho jaleo!
Otra vez...

Un grupo de cuatro seres delante de ellos, el que estaba de cabecilla digo:
-Por orden del jefe, capturar a estas dos criaturas.
Stitch se incorporó y les amenazó con su rugido y su mirada y pose de fiera salvaje. Ángel intervino, diciendo:
-Meega ayudo, Stitch- y empezó a cantar, con la intención de dejarlos prendados con su dulce y melodiosa canción y que Stitch pudiera atacarlos con ventaja. Pero salió el tiro por la culata: no sólo los enemigos, ¡Stitch también se quedó prendado! Aquí, mirándola amorosamente e incapaz de atacar.
-Vaya... cantar no buena idea...- dijo Ángel.
Pues no quedaba otra que pelear otra vez. ¡Venga paliza!

Y justo en ese momento llegaron a la nave Amy y el agente espacial Wlinky.

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