Stitch se levantaba poco a poco del suelo, a la vez que reía siniestramente. Sus risas se hacían más y más fuertes. Sus ojos brillaban de verde fosforescentes. Sólo pensaba en una cosa: destruir. Así que se lanzo a arrancar y destruir los abetos del bosque...
-¡Justo lo que queremos!- dijo Gokeb, fatisfecho.
Ángel esperaba. Stitch no aparecía. Le pareció que estaba tardando demasiado, le extrañaba, él no solía ser así; así que fue a buscarle. Se adentró en el bosque, por el mismo camino por donde había venido. A lo lejos se oía un barullo, como golpes y risas, lo que dejó espeluznada a Ángel. Pensó que había por allí unos vándalos.
De pronto, una rama enorme fue lanzada hacia Ángel, haciéndole gritar de susto y esconderse detrás de un árbol. La rama cayó al suelo con una fuerza aterradora. Entonces Ángel asomó su cabeza de su escondite. Vio a Stitch, que reía y rugía. Así que el "vándalo" era él.
-¡Stitch!¡Imbécil! ¡Kata baka dooka*1!- le amenazó Ángel.
Stitch seguía riéndose, ajeno a la amenaza de su amada.
-¡No tiene gracia!- replicó Ángel.
De pronto, Stitch se lanzó hacia Ángel, dispuesto a atacarle, con sus garras extendidas amenazadoramente. Ángel gritó de susto, y se defendió dándole una patada, enviándole hacia un árbol, estampándose él contra el árbol aquél. "¿Qué se habrá creído?" exclamó mentalmente Ángel, enfadada por el extraño comportamiento de su amado.
Stitch se incorporó, y gateó lentamente hacia ella. Ángel se dio cuenta de que Stitch no estaba normal: él miraba como si fuera a devorarle; reía como un diablo; tenía un extraño brillo verdoso en sus ojos. Algo le pasaba, sólo quedaba la sombra de él. Ángel se asustó mucho.
-¡¡¡AAAAAAHHH!!! ¡¡Stitch locooo!!- gritó ella, aterrorizada, y se escapó corriendo en dirección a casa.
-Decididamente, convence- dijo Gokeb.
-¡Stiiiiitch! ¡Ángeeeeel! ¡Es hora de entrar!- llamó Amy, que los estaba buscando por el jardín.
No aparecían esos dos elementos, por mucho que los llamaba. Y encima, como estaba todo oscuro, era difícil encontrarlos. La luna en cuarto creciente no iluminaba precisamente mucho.
-¿Dónde se han metido esos cabezahuecas?- refunfuñó Amy.
Justo entonces, ¡paff! Ángel se chocó contra Amy en la tripa, tumbándola al suelo. Ahí quedaron, Amy sobre el suelo y Ángel sobre ella.
-¡¡Ángel!! ¿Qué te ocurre?- preguntó Amy, preocupada, al verla tan asustada.
-¡¡Stitch loco!!- respondió ella.
-¡¿Cómo?!- exclamó ella. Se preocupó mucho por su amigo, casi su hermano.
-¡¡Stitch loco!! ¡¡Él agresivo sin razón!! ¡¡Arranca árboles!!- dijo Ángel, totalmente desencajada.
-¡No puede ser!- exclamó Amy. Negaba a creerse que su amigo, tan dulce, tan cariñoso...
¡Bum!, un abeto arrancado cayó justo enfrente suyo, casi matando a Amy y a Ángel de un infarto. Mientras se recuperaban del susto mortal que acababan de tener, Amy vio a Stitch sosteniendo otro abeto arrancado con sus cuatro brazos, riéndose malignamente, sus ojos brillando de verde. Las espinas de su espalda lo hacían parecer más temibles. Vio a Stitch destrozar el árbol a mordiscos con furia enloquecida. Con sus dientes afilados tan fuertes todo lo podía.
-¡Stitch! ¿Qué haces? ¡Para ya! ¡Nunca antes habías sido así!- exclamó Amy, espantada por el inusual y agresivo comportamiento de su amigo.
De pronto Stitch se lanzó hacia ellas, rugiendo enloquecido, como si fuera a devorarlas.
-¡¡AAAAAAAAHH!!- gritaron Amy y Ángel, y se echaron a correr.
Stitch les adelantó en su persecución y se encaró contra ellas. Reía alocadamente, rugía. Ángel no tuvo otro remedio que darle un cabezazo que lo dejó inconsciente; o eso, o morían atacados por esa fiera enloquecida.
Ahí estaba Stitch, yaciendo sobre el suelo, boca arriba, con sus cuatro brazos extendidos, inconsciente. Y Ángel mirándole furiosa. Le escupió algo en turiano, que Amy no lo entendió. Ángel y Amy se arrodillaron alrededor de Stitch.
-Si meega*2 cantar al revés, Stitch curarse- explicó Ángel.
-¿Estás segura, Ángel?- le preguntó Amy, incrédula.
-Eeehh... eso espero- respondió Ángel, dudosa.
Ángel empezó a cantar aquella canción que se la sabía gracias a su programa genético, al revés. A Amy le sonó raro, era diferente a como estaba acostumbrada a oírle. Stitch abrió poco a poco los ojos, boqueó.
-¿Dónde meega estar? ¿Qué pasar meega?- murmuraba Stitch, mientras iba recobrándose.
-¡Ih*3!- exclamó Ángel, muy contenta -¡Otra vez es él!
Amy cogió a Stitch y le abrazó.
-Vámonos a casa, tontorrón, bastante daño has hecho ya- le dijo Amy tan cariñosamente.
Stitch envolvió a Amy con sus cuatro brazos.
-¡Prueba terminada! ¡Y convincente!- dijo Gokeb, desde su escondite -Habrá que encontrar una forma de que el canto de esa criatura rosa no le elimine maldad.
Ajena a esos dos alienígenas que les espiaban, Amy sujetó a Stitch sobre su pecho y caminó hacia casa, mientras le dijo:
-Prométeme que no volverás a portarte mal, o te echo de casa.
-Stitch lo promete- afirmó él.
Entraron en casa, subieron a la habitación. Amy dejó a Stitch en el suelo y le preparó la cama. Cuando ya estuvo mejor, Stitch se retrajo sus miembros extras, haciendo parecerse un "perro" normal.
Anterior Siguiente
Turiano - Español
* 1- Kata baka dooka - te destruiré
* 2- Meega - yo, a mí
* 3- Ih - sí
No hay comentarios:
Publicar un comentario