viernes, 22 de agosto de 2014

Amy conoce aún más a Stitch (parte 2)

Empezó su historia aquí, que traduzco a nuestra gramática ya que Stitch no puede decir más que cuatro cosas, y eso que entiende todo lo que le dicen...

Soy Stitch, y vengo de un planeta lejano llamado Turo. Nací en un experimento genético realizado por Jumba Jookiba, un científico que trabajaba para la federación galáctica. Soy el Experimento 626. Al principio yo era más malo que la lejía; sólo pensaba en una cosa: ¡destruir todo lo que se ponga a mi paso! Era mi instinto principal, para lo que estaba hecho genéticamente. Derribar farolas, destrozar fachadas y coches, cortar las líneas eléctricas... Por eso a Jumba lo encarcelaron y a mí me quisieron abandonar en un asteroide desierto y solitario.

Pero no me dejé... me largué de allí en una nave espacial yendo a un rumbo indefinido y el destino me llevó a la tierra... ohh vaya... Iba a aterrizarme en un gran océano que cubre casi toda una cara del planeta, con el pánico que le tengo al agua, ¡no sé nadar!, ¡no puedo flotar! Pues no, tuve suerte: de todo este inmenso océano aterricé en una de las pequeñas islas que se concentraban en un grupo alargado. Las islas Hawaii, donde conocí a una niña de entonces seis años llamada Lilo, quien me acogió en una perrería.

Era una familia de dos hermanas, Lilo y Nani, ésta mucho mayor. Desde que fui acogido como perro (la muy ingenua de ella creía que yo era un perro, jajajajajaja...), Lilo me enseñó a Elvis Presley, la cultura hawaiiana, y más cosas; y lo más importante: los conceptos de la familia y la amistad, que los fui aplicando a mí. Empecé a sentir algo por los demás, y a desear compañía. ¡Aquello era mucho mejor que romper cosas! Su dicho: Ohana significa familia, y eso significa que estaremos juntos siempre.

Aquí Stitch cortó su hilo. Amy miró a Stitch, sorprendida. No podía creer que antes había sido muy malo, con lo dulce y cariñoso que era ahora (salvando esos arrebatos que solía tener como se cabreara). E intuyó que esos arrebatos debían de ser consecuencia de su carácter inicialmente destructivo.
-Lo tuyo da qué pensar- le dijo Amy -Para lo que fuistes creado, con esos instintos destructivos, mucho has cambiado. ¡Ahora pareces otro, y mejor!
Y le abrazó a Stitch; éste la rodeó con sus cuatro brazos. Así un rato, mirando las estrellas, y la luna, que acababa de salir. Enorme, achatada y anaranjada, en el horizonte.
-Luna preciosa, ¿ehh?- dijo Amy.
-Ih... Luna preciosa- repitió Stitch, suavemente, con su sonrisa de oreja a oreja. Parecía ser capaz de ver la belleza de las cosas.

De pronto, Amy tuvo una curiosidad.
-Oye, Stitch... ¿Y qué ha sido de Lilo? ¿Qué ha pasado con Ohana, eso de estar juntos?
Stitch agachó su cabeza, y bajó sus enormes orejas y sus antenas.
-Ay... Lilo...- suspiró, afligido.
-No me lo quieres contar, ¿verdad?- le dijo Amy.
Stitch no dijo nada. Más mudo que una roca.
-Ya veo que no...- le dijo Amy -Bueno, no importa. Sea lo que sea, lo siento mucho. Pero te aseguro que conmigo lo de Ohana se va a cumplir de verdad.
-Stitch lo espera- dijo él -Stitch quiere Ohana contigo.
Volvieron a abrazarse.
-¡Pies claro que sí!- dijo Amy, muy vivaz -Quiero que estemos juntos siempre, que estés aquí siempre. Antes de que aparecieras tú no tenía ningún amigo. Para mi eres... especial.
-Gracias- fue todo lo que dijo Stitch.

Se quedaron un rato más jugando a identificar las estrellas. Se hizo la hora de dormir, y entraron a casa y subieron a la habitación y se metieron en la cama. De pronto Amy se dio cuenta de que se le había olvidado preguntar a Stitch cómo había llegado hasta aquí, a Europa... Y cuando se acordó y quiso preguntarle Stitch ya estaba dormido... ¡Maldición!

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martes, 19 de agosto de 2014

Amy conoce aún más a Stitch (parte 1)

Ya habían pasado dos semanas desde que Amy había conocido a Stitch. Amy le había estado inculcando a Stitch sus pasiones por el Universo, la música (los dos ya son fanes acérrimos de Armin Van Buuren y sus State of Trance, entre otros), el dibujo (Amy dibuja bien pero Stitch es un desastre), la naturaleza, juegos... Y Stitch estuvo enseñando a Amy su afición por Elvis Presley, que le había contagiado su anterior amiga. Lúa se había acostumbrado ya a Stitch y ya no le gruñía. A veces Stitch jugaba con la perra en el jardín de casa mientras Amy estaba en clase...

Amy pudo conocer mejor a Stitch: era adorable, cariñoso, pero voluble emocionalmente (con mucho carácter como le provoques, vamos). Aún así, no lo cambiaba por nada del mundo; para ella era más que una mascota: ¡un hermano pequeño! Alguien con quien tenía mucho en común, podía tener conversaciones interesantes (no decía más que cuatro cosas, pero escuchaba y se metía bien en el tema, no como los compañeros de su clase, que sólo decían chorradas propias de su edad y no se podía conversar con ellos a gusto). Y otra cosa muy importante de él: los compañeros de su clase a menudo se metían con Amy, pero Stitch la ayudaba, o defendiéndola o consolándola. Y cuando él defendía, se ponía de muy mala pulga que daba mucho miedo: entre su terrible genio y su bocaza llena de dientes afilados y sus temibles garras... para correr a 3000 km/h alejándose de él.

Ésta era una noche despejada de primavera, después de esas dos semanas, en que estaban juntos, sentados en una hamaca detrás de su casa. No tenían ninguna luz a su lado, únicamente les alumbraban las estrellas. Como no había casi contaminación lumínica se veían todas las estrellas, muy brillantes y nítidas (cierto, había un pueblo cerca, pero no tenían demasiadas farolas y por tanto no desprendía mucha luz). La luna estaba a punto de salir, se veía el resplandor en el horizonte de enfrente.

Stitch miraba fijamente al cielo, parecía estar abstraído con las estrellas. En un momento dado, dijo, señalando a un punto cualquiera del cielo con su dedo (con su garra más bien, que lo tiene más que dedo):
-Allí... origen de Stitch.
Amy quedó loca. ¡¿Le estaba diciendo que venía del cielo, del espacio exterior?! A ver si iba a ser que estaba conviviendo con un alienígena sin saberlo. De todas formas un perro no parecía, ni ningún otro mamífero conocido. Los perros ni son azules, ni hablan, ni tienen ojos y orejas tan grandes. Tampoco levantan árboles ni muebles pesados ni trepa paredes y techos. Era una criatura extraña, de procedencia desconocida, pero daba igual, ella se llevaba bien con él.
-¡¿Cómoooo?!- exclamó Amy, con ojos como platos -¿Me estas diciendo que vienes de otro planeta?
-¡Embachua!- asintió Stitch -Meega, de otro planeta.
-¡Qué fuerte!... Así que eres un extraterrestre. Debe de ser interesante... ¿Cómo es tu planeta?
De pronto Stitch se transformó... Ahora tenía cuatro brazos, dos antenas en la cabeza y tres espinas en la espalda. Amy pegó un respingo: ahora estaba aún más extraño.
-¡¡¡Stiiiiitch!!! ¡¡Te has mutadooo!!
-Naga. Meega así es de verdad.- le aclaró Stitch.
Amy quedó quieta, como piedra, mirando Stitch, con apariencia aún más extraña. Quedó alucinada: así que era así de verdad, y hasta entonces había tenido sus miembros "extras" escondidos... ¿cómo lo lograba?

Stitch empezó a contarle su historia, que la escribiré en la siguiente entrada. Como es tan largo, tendré que partirlo en cachos.

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viernes, 15 de agosto de 2014

Por qué más me fascina Stitch... O_o

Menuda máquina, el bicho éste... *___*

Stitch como mascota..... diferente

¿Te has planteado alguna vez tener una mascota, aunque parezca extraña y proceda del espacio exterior?

Tú deseabas una mascota, soñabas con tener un amigo con quién compartir. ¡Te daba igual de dónde viniera!

Cuando vistes a Stitch, lo adoptaste sin dudar, aunque a nadie le gustaba su aspecto, y mucho menos sus extraños modales.

Os hicisteis amigos inseparables; sin embargo, tus cercanos tenían dudas de que Stitch fuese la mejor mascota para tí: desordenaba la casa, hacía travesuras, asustaba a la gente, ensuciaba...

A pesar de vuestras diferencias, ahora compartís cada minuto del día: jugáis, bailáis, hacéis deporte, coméis helados, hacéis castillos de arena...

Los animales y las personas no son lo que siempre parecen. Tu amistad transformó a Stitch en la mejor mascota del mundo. ¡Es genial tener un buen amigo!

Si ese "tú" fuera yo... <3 <3 <3

Adaptación de 'Stitch, una mascota diferente' de 'Primeras Lecturas' de Disney. En este caso, he sustituído a Lilo por tú.

Cuando Amy conoce a Stitch...

Amy estaba paseando con su madre y su perra Lúa en el bosque, cerca de su casa. De hecho, una de sus aficiones es pasear por el campo, por la naturaleza. Paseando y paseando, Amy encontró una criatura extraña sentada sobre una gran roca situada al lado del camino. Parecía cualquier mamífero, pequeña, peluda; lo que más le extrañaba era su color azul, sus enormes orejas de conejo, sus grandes ojos negros almendrados separados por su gran hocico de koala, su boca muy ancha, sus garras inusualmente grandes... Todo en él era muy grande, menos su estatura, de medio metro más o menos. Nunca en su vida había visto un animal así, por lo que se quedó mirándolo llena de curiosidad...

De repente la criatura habló:
-¡Hola!- tenía la amplia boca llena de dientes afilados.
Amy se quedó más extrañada aún... ¿Un perro que habla? ¡¡Imposible!!
-Pero... no puede ser...- titubeó Amy -Los perros no hablan. Es más, ni siquiera eres un perro. ¿Quién eres y de dónde eres?
-Me llamo Stitch- respondió aquella criatura que parecía un perro pero no lo era.
-¿Stitch? Vaya nombre más raro... pero te queda muy bien.
-¡Takka! Eeer... gracias...
-Yo soy Amy. Oye, tienes pinta de ser simpático. ¿Quieres venir conmigo?
-¿¿De verdad??
-¡Pues claro! No me vendría mal tener un amigo; los de mi clase son todos idiotas..
-¡¡Ih!! ¡Stitch con Amy!- nada más decir esto, Stitch saltó encima de Amy, tumbándola al suelo, y se restregó contra ella. A Amy le gustó: aparte de cariñoso, era suave y achuchable, a pesar de su extraño aspecto.

Se acercó Amy con Stitch hacia su madre.
-¡Mamá, mira qué amigo me he encontrado!- dijo Amy.
A su madre no pareció darle buena impresión, porque miró como sorprendida y espantada, y gritó:
-¡¡¡Pero Amy!!! ¡¿Qué es esta cosa?!
A Lúa tampoco debió de gustarle mucho: gruñía.
-¡Pero mamá!- exclamó Amy, agarrando a Stitch y situándolo delante suyo -¡Si es muy bueno, muy cariñoso! ¡Mírale!
-¡Yo lo único que veo es un bicho espeluznante con la boca llena de dientes afilados!¡Deshazte de él! -replicó su madre.
-Jooooo, mamáaaa...-insistió Amy.
Tras tanto insistir, la madre dejó a Amy a llevarse s Stitch a casa; Amy se alegró mucho, tanto que se puso a bailar con Stitch, agarrándolo de sus cortos pero rechonchos brazos y girándose sobre sí misma.
-¡Bieeeeen!¡Me deja llevarte a casaaaaa!¡Yujuuuuuu!
Stitch sonreía con esa bocaza que tenía, y se reía.

Stitch intentó congeniarse con Lúa, pero ésta no hacía más que gruñirle.
-Deja tiempo, Stitch; acaba de conocerte...- le dijo Amy.
Stitch no dijo nada, sólo la miró, como queriendo decirle: 'ahh vale...'.
Durante el resto del paseo Amy se dió cuenta de cosas muy inusuales en Stitch: era capaz de trepar en rocas como un geco, podía levantar troncos muy grandes para hacer caminos... quedaba alucinada con él. Eso un perro no puede hacerlo.

Llegaron a casa tras ese paseo vespertino. Amy se puso a preparar una cama para su nuevo amigo, que consistía en una caja de cartón al que le añadía las sábanas. Era tan pequeña la criatura que cabía ahí dentro. Stitch miró disgustado la cama:
-¿Ahí va a dormir Stitch?- preguntó él, señalándola.
-Ya sé que no te gusta la cama, pero ya miraremos por ahí una mejor para tí...- le dijo Amy.
-Ih...- dijo él, mirando abajo. Parecía conformarse de momento.
Después salieron afuera a jugar, pasó el tiempo y la madre les llamó a cenar. Después de cenar, ya en las camas a punto de dormir y con la luz apagada, Amy miraba a Stitch, cuya silueta era delimitada por la luz de la luna que entraba por la ventana. Él dormía boca arriba, con la boca entreabierta, dejando ver un poco los dientes. Pensó que era precioso, esa cabeza tan redondeada con sus facciones tan graciosas, y se sentía afortunada de haberla encontrado; tenía la impresión de que se iba a llevar muy bien con esta criatura, que parecía un perro pero que no lo era y encima ¡¡¡hablaba!!! Acercó su mano y le acarició la barriga tan rechoncha. Era tan blanda y suave...
Stitch abrió los ojos y miró a Amy, cogió la mano de Amy que le acariciaba y le sonrió, dejando ver aún más los dientes.
-Amy...- dijo él.
Amy le miró y también le sonrió.
-Stitch con Amy, siempre- dijo Stitch.
Amy pensó lo mismo, le alegró oír eso de Stitch. Éste cerró otra vez los ojos y suspiró, y soltó la mano de Amy. Se quedó dormido...

sábado, 9 de agosto de 2014

Cómo van a ser mis historias con Stitch (preparaos....)

Sé de sobra que la gente se quedó disgustada cuando en la serie japonesa de Stitch! se reemplazó a Lilo por Yuna, que si le roban los sueños (por su asociación de Stitch con Lilo), que si ya no es lo mismo... patatín patatún blablablá blablablí.

Pues mira, en mi caso, ni con Yuna ni con Lilo, será con Amy, una joven de catorce años. Y si lo he decidido así es porque quiero, porque me apasiona fuertemente Stitch pero Lilo no tanto, y disfruto como niña imaginando historias con él; y como mis historias son mías he decidido que aparecerá con Amy (bueno, eso decidí hace ya más de un año, cuando empecé las historias con este bicho, jaja). Así que al que no le guste este cambio que se vaya a hacer gárgaras, como digo en la cabecera de este blog ;)

Amy es una chica de catorce años, alta, esbelta, media melena rubia-castaña, ojos verdes, suele vestirse rollo sporty (el estilo con que más cómoda y segura se siente), vive con su madre y su perra en un chalé rural de montaña, situado cerca de un pueblo ni pequeño ni grande... No tiene amigos ni colegas en clase, le caen todos mal, de hecho no tiene amigos en ningún sitio. Le gustaría tener alguno, pero no ha encontrado con quién congeniarse, ni quien tuviera en común con ella (universo cósmico y alienígenas).... hasta que un día apareció Stitch en su vida.

Os presento a Amy con Stitch (abrazándose),
 y su madre a la izquierda y Lúa, su perra, a la derecha.

lunes, 4 de agosto de 2014

Apasionada de Stitch

Holaaa!!!!

La gente que me conoce ya sabe que me gusta muchísimo Stitch... me apasiona!!! Me fascinan sus ojos enormes y almendrados, todo negros, y su amplia sonrisa, y sus orejonas de murciélago-conejo... Tal como se ve en el dibujo de abajo, jejejeee... Y además como más me gusta es cuando saca sus brazos secundarios, sus antenas de la cabeza y sus espinas de la espalda... parece alien.. Moolaaaaa!!!

He hecho ya montón de cosas de este bichín azul, y las voy a exponer aquí. Quería haberlo hecho en un blog que estaba creando (apasionada de programación web, aparte de lo otro... jejeje..), pero falta muchísimo para acabar y lo mejor será que empiece aquí. Que hay ganas :D