jueves, 25 de septiembre de 2014

Escapar (parte 1)

Stitch se despertó, algo le había dejado inconsciente, no recordaba qué. Se sintió desorientado los primeros momentos, pero no tardó en darse cuenta que estaba metido dentro de un cubo de plástico transparente, en una habitación llena de monstruos de toda índole. Tenían todos expresiones terroríficas, pero no se movían un dedo, por lo que Stitch dedujo que debían de estar disecados.
Stitch se levantó, mientras se preguntaba: ¿qué rayos hacía aquí, cuando momentos atrás, antes de "dormirse", estaba sentado junto con Amy, en el enorme jardín de su casa?, ¿cómo había llegado hasta aquí?, el que le había cazado y metido dentro de aquel cubo ¿qué quería de él?, ...
Se preparó para saltar hacia una pared del cubo para romperla y salir de ahí (aprovechando su fuerza extrema y su gran resistencia a los impactos). Tomó posición, saltó hacia adelante, y... ¡patapún! se golpeó contra la pared, pero no la rompió; al contrario, se aplastó contra ella. Debía de ser de un plástico hiper-resistente.
Se separó de la pared, la rasgó con su garra, comprobando lo dura que era, ¡ni un rasguño! En su lugar salió un chirrido espeluznante, como si fuera tiza sobre pizarra.
-Ohhh, genial.... Stitch atrapado- pensó él, con rabia.

De pronto oyó una voz femenina, que cantaba, aguda y dulce. Cantaba en su mismo idioma turiano, le pareció reconocerla. Más que eso: fue por la misma voz y su forma de cantar porque se había enamorado de alguien un tiempo atrás...
-Esa voz...- dijo Stitch -¡Meega le suena!
Por la puerta de enfrente (la sala sólo tenía una puerta) entró la que estaba cantando: una criatura igual que Stitch físicamente, pero en rosa y con dos antenas largas que caían hacia atrás desde lo alto de su cabeza. Stitch la conocía muy bien, y se alegró mucho al verla.
-¡¡Ángel!!- exclamó Stitch, muy contento.
-¡¡Ey, Stitch!!- exclamó ella, muy contenta también.
Ángel (así se llamaba esa criatura) corrió hacia la caja que tenía encerrado a Stitch, y saltó sobre ella. Se pegó a una da las caras del cubo con sus patas y manos como si fuera geko y se restregó sobre ella. Stitch se restregó donde estaba Ángel. "Stitch, Stitch, Stitch..." decía ella, "Ángel, Ángel, Ángel..." decía él. Estaban tan ilusionados de verse por fin...
Tras un rato así, Ángel se despegó de la pared y miró a Stitch a los ojos, muy sonriente.
-¡Mucho tiempo sin vernos!- dijo Ángel.
-¡Años y años!- dijo Stitch, igualmente sonriente.
-¿Sacarás a Stitch de aquí?- preguntó él.
-¡Ih!- asintió ella.
Ángel tomó posición y preparó un puño suyo, y lo hizo... ¡crashh! rompió una de las paredes de la caja con el puño. Stitch se quedó asombrado y patidifuso. Él, que había saltado antes con todas sus fuerzas hacia esa pared, no había logrado romperla, y ahora iba ella y lo conseguía...
Ángel alargó una mano suya hacia Stitch, y dijo:
-¡Vamos!
Stitch tomó la mano de ella y salió de la caja.

Y justo entonces se oyó una voz potente que decía:
-Mucho jaleo por aquí, ¿no?
Stitch y Ángel pegaron un respingo. Ahí estaban, delante de ellos y rodeando la salida, un grupo de seres alienígenas (como nuestros protagonistas), con un aspecto un tanto grotesco, mitad pulpo mitad patata, de color grises verdosos, con enormes y saltones ojos rojizos oscuros a los lados de su cara, una bocaza que ocupaba el ancho de su cara, unos dientes muy romos (no como los de Stitch y Ángel, que son afilados) con enormes espacios interdentales que lo separaban. Vestían unas corazas de brillo metálico, del mismo color que el metal. Tenían tentáculos en vez de brazos y piernas.
-No os escaparéis tan fácilmente.- dijo uno de esos aberrantes seres.

Escaparán?? Serán retenidos?? Ya lo veremos...

Siguiente

1 comentario: